Comunicar en salud, una tarea complicada




Como primer post de este blog, no podía dejar de hablar de algo que me pilla muy de cerca. Si algo he aprendido a lo largo de mi corta carrera es la importancia que hoy en día se ha ganado a pulso algo tan básico como la comunicación. En los últimos años ha ido cobrando importancia hasta convertirse en una herramienta esencial para cualquier ámbito de nuestra vida, tanto el personal, como el profesional. 

Las estrategias de comunicación han cambiado porque han tenido que adaptarse a una nueva realidad. La sobrecarga informativa ha creado otras necesidades que hay que saber satisfacer. Evitar la infoxificación, que en lugar de ayudarnos a tomar mejores decisiones o a formar nuestra propia opinión sobre un tema en concreto, produce el efecto contrario. Un fenómeno que nació al mismo tiempo que la era digital y se mantiene en auge gracias a ella. Las mismas personas que crean esa información, que hoy en día puede ser cualquiera con acceso a internet, son las que tienen que responsabilizarse de él, sea cual sea el contenido.

Pero si hay algo con lo que no se juega, es con la salud, y ahí la cosa se pone seria. Cada afirmación corre a cuenta del que teclea y la responsabilidad se triplica. El proceso de contrastación y verificación de la información cobra el doble de importancia: estudios, especialistas, etc. Lo que se escriba traspasa la pantalla y llega a personas con sed de respuestas. 

Los periodistas, y más aún los especializados en salud, deben conservar esa rigurosa capacidad a la hora de informar. Sobre ellos pesa la responsabilidad de sus palabras, que sellan con su firma. Pero su función no es solo aportar información, sino comunicar, tienen que conseguir llegar al mayor número de gente posible. ¿Cómo? Convirtiendo contenidos técnicos y aparentemente complicados en algo atractivo y de fácil comprensión. Además de lograr la máxima difusión con el fin de llegar a más personas, porque de eso trata la comunicación. Crear un mensaje, conseguir que ese mensaje sea valioso e interesante para la sociedad, y difundirlo. Dependiendo del objetivo que tengamos en mente, se hará de una o de otra manera, pero el proceso es siempre el mismo. 

Hoy en día se echan en falta nuevas ideas para enriquecer la comunicación en el sector salud, como las que señalan la Asociación de Profesionales de la Comunicación de la Industria Farmacéutica (ACOIF) y la Asociación de Directivos de Comunicación (Dircom). Entre ellas, intentar que la comunicación del sector llegue a la audiencia recurriendo a nuevas herramientas, como por ejemplo, las redes sociales. La comunicación en salud parte con una gran ventaja, que la información que aporta, siempre y cuando sea veraz, es de por sí valiosa para todo el mundo. El reto está en conseguir hacerse un hueco entre tanto papel mojado. 

Hay muchas maneras de llegar a la gente, solo hay que encontrar la adecuada en cada caso. Son muchos los factores que influyen en la elección: contenido, público al que nos dirigimos, la meta a la que queremos llegar, etc. Pero siempre teniendo en cuenta la gran responsabilidad que conlleva tratar temas de salud. 


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